jueves, 29 de diciembre de 2011

Rivendel Madrid: estética y calidad.


            En esta ocasión, vamos a ocuparnos de la que consideramos una de las mejores tiendas de la capital para adquirir buena ropa, y que lamentablemente es casi única dado que ofrece muchas marcas relativamente difíciles de encontrar. La misma es Rivendel Madrid, situada en la calle Gaztambide número 17.

            Las marcas que podemos hallar en ella son: Fred Perry, Henri Lloyd, Lyle and Scott, Merc, Ben Sherman, Lambretta, CP Company, Stone Island, Adidas Originals, Thor Steinar, New Balance, Pringle of Scotland, Onitsuka Tiger, Penguin, Puma, Slatzenger, Loake 1880, Alpha Industries, Dr. Martens, Clarks, Lonsdale y creo que no me dejo ninguna.

            Eso sí, los precios son elevados, aunque de vez en cuando se puede encontrar alguna oferta. Está a cinco minutos de la salida de metro de Argüelles, a la cual tienen acceso las líneas de metro tres, cuatro y seis. También está muy cerca de Moncloa. Los que estéis más interesados en conocer la tienda podéis acercaros a ella o simplemente pinchar en el enlace que tenemos en el lateral derecho. ¡No cambies tu estilo!



          

miércoles, 28 de diciembre de 2011




Muy buenas a todos, para empezar queríamos hablar sobre el futurismo, lo que para nosotros no solo es un movimiento de los conocidos como "vanguardistas", es una auténtica forma de de ver la vida en todos sus ámbitos.

El futurismo fue uno de los primeros movimientos de las corrientes de vanguardia de principio del siglo 20. Fue fundado en Italia por el poeta Filippo Tommaso Marinetti, más concretamente en Milán. Influyó en la literatura, la pintura, el teatro,... no puede decirse que su influencia fuese escasa. El futurismo buscaba romper con la tradición y el pasado. Consideraba como elementos principales a la poesía, el valor, la audacia y la revolución; alentaba la agresividad, la irracionalidad, la impulsividad, etc. Tenía como postulados la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la maquina, el retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica.

Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida contemporánea, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento. Se recurría, de este modo, a cualquier medio expresivo (artes plásticas, arquitectura, urbanismo, publicidad, moda, cine, música, poesía) capaz de crear un verdadero arte de acción, con el propósito de rejuvenecer y construir de nuevo la faz del mundo.

En 1909, el ya mencionado Marinetti recopiló y publicó los principios del futurismo en un manifiesto. Al año siguiente los artistas italianos Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrá, Luigi Russolo y Gino Severini firmaron el "Manifiesto de los pintores futuristas".

En el ámbito de la pintura, el futurismo se caracterizó por el intento de captar la sensación de movimiento. Para ello superpuso acciones consecutivas, una especie de fotografía estroboscópica o una serie de fotografías tomadas a gran velocidad e impresas en un solo plano. Ejemplos destacados son el Jeroglífico dinámico de Bal Tabarin (1912, Museo de Arte Moderno, Nueva York) y el Tren suburbano (1915, Colección Richard S. Zeisler, Nueva York), ambos de Gino Severini. En el campo de la fotografía destacaron los hermanos Bragaglia y sus imágenes movidas, que ofrecen tiempos sucesivos y trayectoria de los gestos, como en Carpintero serrando o en Joven meciéndose.

En 1914 se presentaron también los primeros dibujos sobre una ciudad moderna de Antonio Sant'Elia y Mario Chiattone. Sant'Elia presentó ese mismo año su Manifiesto de la arquitectura futurista, un proyecto utópico que cristalizó en las imágenes de la Ciudad Nueva: la nueva medida ya no era el edificio, sino la estructura urbana, y apostaba, además, por las nuevas tipologías, como estaciones de trenes y aeroplanos, centrales eléctricas, casas escalonadas con ascensores… Se trataba de un nuevo mundo vertical y mecánico, conectado a través de redes de ascensores de hierro y cristal.

Aunque el futurismo en sí tuvo una corta existencia (más omenos hasta 1944 con la muerte de Marinetti) dejó una gran influencia en la obra d elos autores canónicos franceses y en el constructivismo ruso. En 1915, muchos futuristas fueron voluntariamente a la guerra, entre los que se contaban Marinetti y Sant'Elia. El futurismo, se colocó del lado del fascismo italiano de lso años 20, muy distinto de su derivación el los años posteriores.

En la literatura, el futurismo abjura completamente del pasado y alienta a no respetar la métrica. Asimismo, intenta sustituir los nexos por notaciones algebraicas y buscar un léxico radicalmente hecho de tecnicismos y barbarismos, plagado de infinitivos, exclamaciones e interjecciones que denotan energía y libertad.

El llamado teatro sintético del futurismo es el espacio en el cual las acciones ocurren a una velocidad vertiginosa, con tramas de no más de diez minutos, y donde se ocultan las presencias humanas, y sólo se ven los pies de los actores, cuyas figuras se adivinan por metonimia.

La estética futurista pregona una ética, de raíz fundamentalmente machista, misógina y provocadora. Entre sus postulados se dignifica la guerra como una fórmula para el saneamiento de un mundo anacrónico y decrépito, y proscribe la argumentación sentimental o anecdótica.

El futurismo fue un movimiento fundamentalmente italiano y de carácter literario, aunque tuvo expresiones importantes en la plástica . También tuvo adherencias en otras manifestaciones artísticas, en arquitectura y en la música (el ruidismo del compositor Luigi Russolo, antecedente directo de la llamada música concreta).

Los más notables seguidores del futurismo en otros países se encuentran en Rusia (como el poeta Vladimir Majakovski), en Bélgica (el escritor Émile Verhaeren), en Portugal (el editor Fernando Pessoa), en España (el poeta Joan Salvat-Papasseit). En Sudamérica tuvo también algunos seguidores, principalmente en Buenos Aires y Montevideo, tales como Alberto Hidalgo y Juan Parra del Riego.

La importancia que tuvo el futurismo, más allá de sus méritos artísticos, consistió en crear una estética desde cero, con lo que se hizo posible una profunda renovación de las técnicas y principios artísticos, cuyas repercusiones aún se sienten. Fue uno de los primeros "ismos" o vanguardias artísticas, y su valor como movimiento de ruptura allanó el camino a otras corrientes que refrescaron el panorama artístico en los albores del siglo XX.

El decálogo de la arquitectura es el siguiente:

1. El reinado de la arquitectura estática se ha acabado definitivamente, noso­tros iniciamos el reinado de la arquitectura dinámica.

2. Las líneas de la arquitectura moderna deben comunicar su entusiasmo por la carrera y el vuelo.

3. La casa del futuro será independiente, transportable, desmontable, mecá­nica, divertida.

4. Las formas cúbicas deben desaparecer de las construcciones arquitectónicas.

5. Ritmo y simetría no son esenciales para la arquitectura.

6. Todos y cada uno de los elementos de la casa moderna deberán tener autonomía e independencia propias.

7. La casa futurista no tendrá fachada.

8. La casa futurista tendrá todas las tonalidades del arco iris.

9. La apariencia externa de la casa la determinará su aplicación práctica.

10. Borraremos de las paredes de nuestras habitaciones toda marca y todo recuerdo del pasado.

Y para el final, nos dejamos lo más interesante, y esencial para comprender el futurismo, su manifiesto creado por el ya mencionado Marinetti:

1.Queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad.

2.El coraje, la audacia, la rebelión, serán elementos esenciales de nuestra poesía.

3.La literatura exaltó, hasta hoy, la inmovilidad pensativa, el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso de corrida, el salto mortal, el cachetazo y el puñetazo.

4.Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una nueva belleza, la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado con gruesos tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo... un automóvil rugiente, que parece correr sobre la ráfaga, es más bello que la Victoria de Samotracia.

5.Queremos ensalzar al hombre que lleva el volante, cuya lanza ideal atraviesa la tierra, lanzada también ella a la carrera, sobre el circuito de su órbita.

6.Es necesario que el poeta se prodigue, con ardor, boato y liberalidad, para aumentar el fervor entusiasta de los elementos primordiales.

7.No existe belleza alguna si no es en la lucha. Ninguna obra que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra maestra. La poesía debe ser concebida como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para forzarlas a postrarse ante el hombre.

8.¡Nos encontramos sobre el promontorio más elevado de los siglos!... ¿Porqué deberíamos cuidarnos las espaldas, si queremos derribar las misteriosas puertas de lo imposible? El Tiempo y el Espacio murieron ayer. Nosotros vivimos ya en el absoluto, porque hemos creado ya la eterna velocidad omnipresente.

9.Queremos glorificar la guerra –única higiene del mundo– el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios, las bellas ideas por las cuales se muere y el desprecio de la mujer.

10.Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias de todo tipo, y combatir contra el moralismo, el feminismo y contra toda vileza oportunista y utilitaria.

11.Nosotros cantaremos a las grandes masas agitadas por el trabajo, por el placer o por la revuelta: cantaremos a las marchas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las capitales modernas, cantaremos al vibrante fervor nocturno de las minas y de las canteras, incendiados por violentas lunas eléctricas; a las estaciones ávidas, devoradoras de serpientes que humean; a las fábricas suspendidas de las nubes por los retorcidos hilos de sus humos; a los puentes semejantes a gimnastas gigantes que husmean el horizonte, y a las locomotoras de pecho amplio, que patalean sobre los rieles, como enormes caballos de acero embridados con tubos, y al vuelo resbaloso de los aeroplanos, cuya hélice flamea al viento como una bandera y parece aplaudir sobre una masa entusiasta. Es desde Italia que lanzamos al mundo este nuestro manifiesto de violencia arrolladora e incendiaria con el cual fundamos hoy el FUTURISMO porque queremos liberar a este país de su fétida gangrena de profesores, de arqueólogos, de cicerones y de anticuarios. Ya por demasiado tiempo Italia ha sido un mercado de ropavejeros. Nosotros queremos liberarla de los innumerables museos que la cubren por completo de cementerios.

Personalmente estamos de acuerdo en todo lo que este manifiesto dice exceptuando un punto: el desprecio a la mujer, hay que tener en cuenta el momento en que fue redactado, tan distinto al actual. ¡Hasta la próxima!